Es un otoño soleado, sin viento ni lluvia, refresca solamente cuando no hay más sol. Sofi y yo fuimos a ver una exposición de fotografías al aire libre, en el Parque Rodó. Siempre hay. En general están buenas. Esta vez tuvimos que verlas a toda velocidad porque los mosquitos nos atacaron con saña. Estaban agonizando, muertos de hambre. Si fuera por ellos, nos hubieran extraído toda la sangre, parecían vampiros desesperados, recién salidos de los ataúdes a la puesta del sol. Conseguimos espantarlos recién al alejarnos del parque.
domingo, 16 de mayo de 2010
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