jueves, 6 de mayo de 2010

04 de mayo, 010, martes.

Cambiaron el taller de 16 mm para el sábado porque a muchos les quedaba mal un martes. Por suerte, no me acordé que a mí también me quedaba mal, venía Nacho a podar la enredadera, la “enamorada del muro” que el vecino intentó asesinar sin contemplaciones. La empujó tanto para mi patio que se empezó a desprender de la pared. Por suerte me di cuenta a tiempo y no se desprendió toda. La gente en general no se da cuenta de que las enredaderas  protegen los muros, no dejan que se humedezcan, forman una capa que hace resbalar el agua de lluvia, además de absorber el agua que pueda tener el muro. Además de ser lindas, verdes –entiendo que eso es personal, muy muy muy muy muy muy muy muy muy y muy personal-, ayudan a mantener la pureza del aire. Transforman el CO2 en oxígeno. Eso no debería ser personal.
Psssssssssssssss... hay tantas cosas que no deberían ser...

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