Un día glorioso. No sé por qué, pero me pareció glorioso. Capaz que fueron las flores, que, además de belleza, tenían un perfume intenso.
No hice nada, me pasé trabajando en la compu –estoy reeditando unos videos e intentando volver a escribir. Quiero retomar la novela. No es fácil. También quiero pintar, y en general me quedo enganchada en la compu.
Al final dejo que Tere haga lo que tenga ganas. Si es que me doy cuenta de qué es lo que quiere, que tampoco es fácil... aunque Gabriela me ayuda.
También leí pilas a Deleuze y me dio placer. Y de noche miré una peli –mala, pero divertida, con suspenso. Y cociné. Hice unas verduras crocantes al horno y también pollo al horno con limón y mostaza. Pienso que la energía me la debe haber dado ordenar mi dormitorio, pasar la aspiradora, sacar las telarañas y las pelusas de abajo de la cama y de los rincones. Lo hice el domingo. Está bueno que todo esté limpio. Aunque limpiar cansa y lleva tiempo y es aburrido. Me falta ordenar el ropero. Pero por ahora es suficiente.
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