Día de trámites. BPS. De cualquier forma, eso me obligó a salir, y la tarde estuvo brillante y cálida. Y cuando estaba llegando a casa vi a Lauta, a lo lejos, que corría hacia mí con los bracitos abiertos. Sin palabras. Se quedó hasta las 22:30 y cocinamos juntos una torta Pascualina. Él, con delantal de cocinero, rompió todos los huevos. Nueve.
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