29 de setiembre 010, miércoles.

Estaba en el fac, dándole base a la tela que tengo para el próximo cuadro y me entero que Caro está en Montevideo. Realmente no podía creerlo. Y no solamente en Montevideo, sino allí mismo, en el fac. De la emoción, no saqué fotos. Por suerte no busqué la cámara porque me hubiera estresado, no estaba en mi cartera, estaba en el fusca, entre la puerta y el asiento. La encontró Caro cuando subió, yo no la hubiera visto hasta que alguien entrara por la puerta del acompañante y la encontrase. Hasta ese momento hubiera estado convencida de que la había perdido.